.::Próxima Edición Nº 25 | ABRIL - MAYO 2011::.

• Malanca, el artista que eligió las sierras

El pintor argentino y cordobés, José Malanca, hijo de inmigrantes italianos, nació en San Vicente, Córdoba, en 1897.
“Es uno de los grandes paisajistas del Arte de los Argentinos. Luego de un primer aprendizaje en su ciudad natal, completó sus estudios en Italia. De vuelta a la Patria, el gobierno de la provincia le otorga una beca de perfeccionamiento. Siendo lo normal optar por Europa, escoge realizarla en América cautivado por el paisaje. Así recorre largamente nuestro continente, dejándonos el testimonio en su óleos pintados al aire libre”.

La huerta de los Álamos
Malanca, adquiere en 1937, la Huerta de los Álamos, una quinta de más de tres hectáreas, por la cual sentía una atracción especial, enclavada en el paraje La Estancita, a unos 15 kilómetros de Río Ceballos, en el corazón de las Sierras Chicas.
Adquirida en 1937 fue desmontada por el pintor y poco a poco se fue llenando con frutales, eucaliptos, coníferas de todo tipo, robles y árboles de flores. Malanca buscaba más que nada un efecto estético antes que productivo, y eso se nota claramente en Las cuatro estaciones (serie de pinturas que retratan un mismo paisaje en distintas épocas del año).
Malanca fue plasmando en sus cuadros este colorido especial de "su Quinta" con pinceladas muy acertadas de óleo y cariño.
La Huerta de Los Álamos pasó a llamarse "Quinta" quizás porque el pintor José Malanca mantenía el recuerdo de las viejas quintas de su querido Barrio San Vicente de la Ciudad de Córdoba, como así también por la gran cantidad de frutales plantados en ella.
La Quinta fue cuna de muchas amistades profundas y sinceras, y significó el ámbito donde José Malanca y su esposa peruana Blanca Del Prado pudieron realizar con mayor autenticidad sus artes: cuadros por un lado; poesías y prosa por el otro.
Esta Quinta significó el refugio de su arte y su apego a la tierra misma, que con gran cariño trabajó.
Toda la historia de la Quinta constituye en si la historia del pintor José Malanca, de su esposa e hijas, como así también la de sus hijos políticos, nietos, y numerosos amigos de la familia, que compartieron allí sus charlas y trabajos.Y así, este paraje tan querido y particular sigue siendo cuna de grandes amistades, profundas alegrías y lugar de reuniones...
La Huerta de los Álamos también hoy cobija en cada rincón alguna vivencia, algún recuerdo, algún proyecto, de los nietos del pintor. Este pedazo de tierra los recibió recién nacidos, los vio crecer, jugar, trabajar, estudiar y soñar... Fue cuna de sus amistades, testigos de algunos de sus casamientos, y ahora, de descubrimientos, primeros pasos y juegos de sus hijos (bisnietos de José Malanca)...

Las cuatro estaciones
Se trata de una serie de pinturas que retratan un mismo paisaje en distintas épocas del año.
Para pintar ese paisaje Malanca eligió una elevación exterior al mismo, por el lado oeste, y desde esa perspectiva que deja fijar la vista en una sucesión de cerros azules, planteó los cambiantes colores de su quinta, donde vivía con su familia buena parte del año.
Seguramente Las cuatro estaciones está inspirada en la obra musical homónima de Vivaldi, tanto como en la serie de Fernando Fader titulada Las siete horas del día. En sus cuatro obras, Malanca realiza un acabado estudio de la luz en un mismo paisaje según cada estación del año.
La primera pintura que realizó fue La primavera, en 1949. Esta obra, junto con El invierno, era considerada por el artista como la más lograda.
Tres años después de La primavera, con los árboles ya crecidos, en 1952 Malanca pintó El verano, en la que destaca la enorme variedad de verdes que utilizó el artista, logrando crear una atmósfera lujuriosa del verano serrano cordobés.
En 1953 fue el turno de El otoño, pintura en la que el artista explora las posibilidades que los ricos y variados tonos de los árboles proponen a su vista. Según la crítica especializada, El otoño marca una etapa de suma madurez en su obra.
El invierno está fechada en 1954. Malanca aprovechó una fuerte nevada para realizar esta obra que completa el ciclo de Las cuatro estaciones. Malanca afirmaba que estaba orgulloso de no haber puesto una sola pincelada de blanco “puro” en esta vista invernal, pese a lo cual había logrado retratar la blancura intensa de la nieve.
En los cuadros que componen la serie (óleos en tela de lino de más de 1,50 metros por lado), Malanca no sólo se luce con sus pinceladas precisas y plenas de colores densos y sugerentes, sino que además logra transmitir la presencia humana sin mostrar la casa que se presume (para los que conocen el lugar) hacia el centro del cuadro.
“Las cuatro estaciones del año en La Estancita”, como también se conoce a la obra, constituye un trabajo complejo que, a la vez que marca la madurez pictórica del artista, muestra su afecto por el lugar.
Tanto La primavera como El invierno viajaron a Brasil para una muestra por los 150 años del arte de los argentinos, representando a Córdoba•

El Amor, ese eterno desencuentro

Paula se muere por Juan, pero él le dedica apenas unas tres horas semanales porque está casado con Marcela, quien a su vez lo engaña con el profesor de yoga, ese que está de novio con Juanita, la ex mujer de Aníbal, el amante de Julia, que es la segunda esposa de Manuel, que viene a ser el quinto ex de Clara, la actual novia de Carlos, el que hace un año se separó de Cyntia, que ahora está felizmente casada con Mauro... o al menos eso cree ella, porque en el fondo su marido se muere por Paula, ¿cómo qué Paula? la que se muere por Juan al principio de esta historia...

Y así andamos por la vida como ciegos, como sordos, desfalleciendo de amor por quien no nos corresponde, ignorando sin querer (o queriendo) a quien nos quiere, desperdiciando suspiros, atardeceres y...

Acá tenía que poner algo que rime con sordos, y confieso que la primera palabra que se me pasó por la mente hubiera convertido mi poema en una chanchada; lástima, tan bien que venía. ¿Me estaré volviendo escéptica, estaré perdiendo el romanticismo?
Empecemos de nuevo, ahora en serio. El otro día me puse melancólica y se me dio por pensar en EL AMOR, o los amores, o ese eterno desencuentro en que suele convertirse lo que empieza como búsqueda y termina como desesperación.
Cosa mágica, el amor. Cosa de brujos el encuentro de dos cuerpos o dos almas entre miles, coincidiendo en el tiempo y el espacio con precisión astronómica mientras un coro de querubines les canta al oído... haga memoria, ¿Cuándo fue la última vez que le pasó? Yo ni me acuerdo. Ya casi me he resignado a no coincidir con nadie, me siento como un planeta solo en su órbita y no diviso siquiera un meteorito de medio kilo viniendo hacia mí.
Cosa sublime, el amor. Nos transporta por el aire como si fuéramos plumas, nos estira las arrugas, nos alumbra la mirada, nos dulcifica el carácter, nos redobla la energía, nos resucita el entusiasmo, nos vuelve a la adolescencia... mientras dura, todo es bello, brilla el sol, cantan los pájaros...
Cosa frágil, el amor. ¡Dura tan poco! Si en un principio flotábamos por el aire livianos como una pluma, de golpe nos convertimos en una bolsa de papas y allá vamos, en rauda caída libre, sin nada que nos ataje ni nos amortigüe el golpe. Una vez despachurrados contra el piso, lloramos como chico que ha perdido el chupete y cuando se nos pasan el dolor y la bronca, nos ponemos en pie con la mirada opaca, más arrugas, sin fuerzas para nada, avinagrados, con cien años encima. ¿Y todo esto porqué? Por el fatal descubrimiento de que el otro es tan humano como uno, y tiene mañas, defectos y hasta olores. Y por si esto fuera poco, el otro siente lo mismo. Y el idilio se convierte en amistad incestuosa, o en cariño, o en camaradería, o en depresión compartida, o en pegoteo neurótico, o en cualquiera de esas iniquidades en que suele terminar la convivencia.
Cosa inasible, el amor. Se nos escapa sin que nos demos cuenta, es pura ilusión, tal vez sea un invento nuestro para no sentirnos solos, para creer que nos eligen y elegimos, para sentir que somos parte del milagro del encuentro, de la coincidencia mágica. Sea lo que sea, llega cuando menos lo esperamos y se escabulle cuando más nos hace falta, dejándonos la piel en carne viva, las hormonas desconcertadas y el alma huérfana.
Cosa difícil de definir, el amor. ¿Es pasión, es ternura, es cariño profundo? ¿Son las tres cosas juntas, no es ninguna? ¿Cómo vamos a encontrar al amor de nuestras vidas, si no estamos de acuerdo en qué es el amor? Si yo creo que es amor pero él cree que es pasión, ¿cómo podremos llegar a la ternura? Si él cree que es cariño y yo creo que es ternura, ¿con quien compartiremos la pasión? Y si los dos creemos que es pasión, ¿no estaremos perdiéndonos todo lo demás, que también es hermoso?
Cosa difícil de hallar, el amor. Flota en el aire, como los virus, pero engriparse es más fácil que enamorarse. Arde en los labios, quema en la mente, duele en el alma, y cuando al fin parece que ahí está, que lo encontramos, que ahora sí, que esta noche es para siempre... uno despierta, a veces, con la cruel sensación de haber dormido abrazado a una estatua de sal, o a un fantasma.
Cosa trágica, el amor. Pocos finales felices, nos comemos las perdices y el resto es cuento. Tarde o temprano, se muere, el amor. Si se murieran juntos los amores de ambos enamorados no sería nada, lo malo es que se mueren a destiempo y entonces uno sufre mientras el otro no sabe que hacer para sacarse de encima el cadáver. Tendría que existir la eutanasia, en estos casos, para poder matar al amor que queda suelto. No tendría que haber amores sueltos, son incómodos, provocan escozor en los demás y en uno mismo, nadie sabe que hacer con un amor que se ha quedado viudo, solitario y estéril, y termina arrastrándolo como un estigma.
Cosa múltiple, el amor. Hay amores desdichados, desahuciados, no correspondidos, equivocados, complicados, finados, perversos, macabros, inútiles, sacrificados. También, claro, los hay puros, felices, ardientes, heroicos y francos. Pocos, pero hay...
Los amores puros, felices, ardientes, heroicos y francos son un don divino, y hay que dar gracias por ellos todos los días, de rodillas.
Los amores desdichados, desahuciados, no correspondidos, finados, equivocados... se curan con el tiempo, pero tienen, mientras tanto, un antídoto eficaz: otros amores. Porque un amor se olvida con otro amor, y el amor a los hijos, a los amigos, a la vocación, al perro, al gato, o a lo que se le antoje, son la mejor manera de sobrellevar ese AMOR que nos falta, el AMOR de pareja, ese amor que nos desvela y que se añora, como me pasa a mí, con los últimos fríos del invierno.
Pero a no equivocarse: no se trata de esconder nuestra carencia, usando a esos amores para mantenernos a flote hasta que llegue el otro, el AMOR. Se trata de aprender a disfrutar lo que tenemos y de amar hacia fuera, en círculos más amplios, poniendo en juego toda nuestra capacidad de dar y de recibir. El amor no se divide, se multiplica. Si lo hacemos crecer en todas direcciones, cuando llegue por fin ese otro AMOR tendremos un corazón fuerte, grande y acogedor, que no se arrugará como una pasa con el primer desengaño.
No hay caso, yo quería escribir algo especial sobre el amor, algo profundo, sangrante y lacrimógeno, algo acorde con mi melancolía, y me salió un engendro entre ácido y didáctico. Sólo me faltó poner que las nalgas rosadas de Cupido tienen celulitis, que sus flechas son made in China y por eso el efecto del flechazo dura tan poco, que las naranjas transgénicas tienen los gajos impares y partirlas justo al medio es imposible, y que la pareja es la más despareja de las sociedades humanas. ¡Me estoy volviendo escéptica, nomás! Voy a tener que enamorarme, urgente...•

Estancia Jesuítica Caroya

En la Provincia de Córdoba, a 48 Km. al norte de la ciudad capital y recostada en las primeras estribaciones de las Sierras Chicas, se encuentra la localidad de Caroya, donde se erigió una de las cinco estancias jesuíticas que jalonaron gran parte de la historia del norte provincial.
En 1574, Lorenzo Suárez de Figueroa otorgó las tierras de Caroya o "Caroyapa" a Bartolomé Jaimes, hasta que la Compañía de Jesús adquiere las tierras de manos del Pbro. Bandurreira, firmándose la escritura el 16 de febrero de 1616. Luego se pide al Gobernador varias fracciones de tierras vacías que había en los alrededores, éste las concede y se completan cinco leguas cuadradas, que se llenaron con haciendas. Luego se inicia la construcción de la Casa.
Fue la Estancia de Caroya el primer establecimiento rural que los Jesuitas instalaron en Córdoba, con el objetivo de comenzar a constituir un sistema productivo, que permitiera el sustento económico que la Compañía necesitaba, para llevar adelante toda su labor evangelizadora, educativa y cultural.
Fueron 6 las estancias que conformaron dicho sistema, Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, Candelaria y San Ignacio. Cada una de ellas se autoabastecía y debía ser sostén económico de algunas de la Instituciones perteneciente a La Compañía de Jesús.
En 1661 Caroya fue vendida a Ignacio Duarte y Quirós, quien años después ingresa a la orden Jesuita y sus bienes personales, incluida la Estancia de Caroya, pasan a ser propiedad del patrimonio de la Compañía de Jesús.
Duarte y Quirós es quien en 1687 funda el Real Colegio Convictorio Nuestra Señora de Monserrat y propone que la producción de la que había sido su estancia, se destine al sostén económico del Colegio y que en los meses de verano, sirviese como lugar de veraneo de los alumnos del Colegio.
Al ser expulsados los jesuitas, la estancia pasó a ser administrada por los franciscanos y tiempo más adelante por el Clero Secular. Es incorporada así, al sistema de Postas dispuestas a lo largo del Camino Real al Alto Perú y sus muros fueron testigos de la estadía de grandes personalidades de la historia Argentina.
En 1814 se hospedó allí el Gral. José de San Martín, y en ese mismo año se comenzó a instalar en ese predio la primera Fábrica de Armas Blancas del país, comenzando a funcionar en 1815. Allí se fabricaron bayonetas para el Ejército del Norte y se hizo la espada para el General Artigas, por encargo del Gobernador de Córdoba José Javier Díaz. En esta época, se construyó el primer piso del ala norte con camino de ronda y torre de observación. En 1816 se suspendieron los trabajos de la fábrica.
En 1821 el General Paz se encuentra con montoneros cordobeses en la estancia y a fines de 1840 tiene lugar en la misma una entrevista secreta entre los Grales. Lavalle y Lamadrid.
Estando en la Presidencia del País el General Urquiza, la Estancia de Caroya pasa a manos del Estado Nacional, a igual que la Universidad y el Colegio Monserrat.
En el año 1878, esta casa alberga a los primeros colonos provenientes del Friuli (región perteneciente al norte de Italia), quienes vienen a la Argentina respondiendo a la ley dictada en 1876 por el Presidente Nicolás Avellaneda, la cual propiciaba la creación de una colonia agrícola en las tierras de Caroya.
A comienzos de este siglo la casa es propiedad de particulares hasta que, por Decreto Nacional, de fecha 14 de mayo de 1941, fue declarada Monumento Histórico. Y por decreto de fecha 31 de Octubre se la declaró de utilidad pública y expropiada.
En 1965 la Contaduría General de la Provincia tomó posesión de la Casa y se la transfirió a la entonces Dirección General de Cultura de la Provincia. Ha sido restaurada por la Dirección de Historia, Letras y Ciencia, bajo la dirección del Arquitecto Gallardo.
En Noviembre del año 2000 fue declarada, por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.


Característica de la construcción
Toda la construcción se realizó con materiales locales (piedras de canterías, vigas de algarrobo y tejas musleras). La casa es de estilo colonial, con un gran patio central rodeado de arquerías. Hay además un “Patio de Honor” sobreelevado y enmarcado de un lado por la capilla y del otro por un cuerpo de dos pisos con terraza en la parte delantera y con rasgos post-coloniales.
Las cubiertas están sostenidas por cabriadas de par y nudillos.
Según el expediente que dio origen a la expropiación, se determinó que la superficie del predio es de 10 hectáreas, 3870 m2., teniendo como colindantes al noreste la Ruta E-66 y al noroeste, sudeste y sudoeste a propiedades de particulares.

Actividad en la Estancia
En la actualidad en la Antigua Estancia Jesuita de Caroya, es cede del Museo Histórico Provincial Casa Histórica de Caroya, en el cual se pueden realizar recorridos por las diferentes salas y tomar contacto con los hechos acontecidos en los distintos períodos históricos.

El recorrido se divide en tres sectores
Sector 1: Período Jesuita (1616 – 1767) pudiendo conocer en este sector como vivían, quienes trabajaban, como era el sistema que se implementaba, normas de convivencia, la producción de medicamentos entre otros. Además es posible acceder a la capilla de lineamientos sumamente austeros.
Sector 2: Primera mitad del Siglo XIX (1807 – 1853). Se exhiben armas que fueron fabricadas mientras funcionó la Fábrica de Armas Blancas y una serie de elementos e información correspondiente a ese período de la historia.
Sector 3: Período de Inmigración: (1878) Se puede observar en estas salas, indumentaria, herramientas, información y una serie de elementos más relacionados a lo que fue la inmigración Friulana en estas tierras y su legado.
En el exterior del Museo se puede recorrer lo que fuera la obra de energía hidráulica, conformada por el Tajamar, Molino, acequias y además: Perchel, Batán, secadero y lavadero de lanas y cueros, etc•

Dique La Quebrada

La deforestación provocada por los incendios, la tala indiscriminada y el sobre-pastoreo, entre otras razones, ponen en peligro la subsistencia de la reserva. De no tomar conciencia, entre todos, asistiremos en un corto plazo a su desintegración, con consecuencias económicas y sociales que nos afectan a todos.


La Reserva Hídrica y Parque Natural de La Quebrada fue creada en 1987, a través de los Decretos Ley 5620/87 y 3261/89, con el objetivo de preservar la cuenca de alimentación del dique.Tiene una superficie de 4.200 hectáreas y su altura sobre el nivel del mar oscila entre 800 metros a 1.350 metros aproximadamente. Esta ubicada a 7 km de la ciudad de Río Ceballos.
La Quebrada es un dique construido para abastecer de agua potable a nuestra ciudad y las localidades vecinas. Su embalse, de tamaño pequeño en relación a otros de la provincia, esta sujeto a uso turístico-recreativo y su cuenca a uso agropecuario principalmente.Una pequeña cuenca como ésta tiene reducidas posibilidades de absorber los impactos negativos de la actividad humana, razón por la que se hace necesario adecuar las actividades a los requerimientos ambientales de la cuenca y el embalse, de manera de lograr un aprovechamiento sostenido de sus recursos, principalmente el hídrico.

Objetivos de su creación:
-Asegurar la provisión de agua al embalse en cantidad y calidad adecuada.-Prevenir la contaminación del recurso hídrico, tanto en la cuenca como en el embalse.
-Controlar la erosión y sedimentación en toda la reserva.
-Proteger la vegetación natural, la fauna silvestre y el paisaje en su conjunto.
-Promover actividades de conservación, educación ambiental, investigación y seguimiento de procesos en el ambiente y sus recursos.

Cuenca del lago La Quebrada
La cuenca del dique La Quebrada, tiene una extensión de 42 hectáreas, desarrollada sobre la ladera oriental de las Sierras Chicas de Córdoba.Ella puede dividirse esquemáticamente en dos zonas:
Zona 1: corresponde a la parte más alta y occidental de la cuenca, entre los 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. Se caracteriza por tener un relieve moderado a suave. Está constituida por rocas del basamento, gneises, esquistos y algunas intrusiones de rocas graníticas. En amplios sectores, sobre las citadas rocas se depositaron sedimentos loéssicos, en forma de manto que alisaron el relieve. Se trata de colinas suaves con laderas rectas y/o convexas unidas a través de valles amplios de fondo plano resultado de la acumulación de material coluvial y loess.Sobre estos sedimentos se ha generado un suelo bastante bien desarrollado, que permite algunos cultivos en los valles y principalmente la explotación de pasturas para ganadería. La vegetación de esta unidad esta representada básicamente de pastizal y arbustos de altura, con algunos árboles aislados (molles y cocos).Esta zona ha sido sometida a fuegos periódicos y a sobrecarga ganadera, por lo que se evidencian importantes procesos de erosión en cárcavas, especialmente en el fondo de los valles.
Zona 2: está a una altitud de entre los 700 y 1.000 metros sobre el nivel del mar. Se caracteriza por presentar relieves moderados a abruptos. Está también conformada por rocas del basamento, con una delgada cubierta de suelos que disminuye con el aumento de la pendiente. Se trata de cerros con laderas rectas, con importantes áreas de afloramientos rocosos y escaso desarrollo de suelos.La vegetación está constituida por arbustos y bosque serrano, que se desarrollan en los sectores protegidos dentro de las quebradas y valles más profundos.Esta zona se explota turísticamente, y en menor proporción hay actividad ganadera (caprinos). Se ve afectada por la extracción de plantas (helechos y aromáticas), y la acumulación de basura por el intenso tránsito de turistas.

La deforestación y sus consecuencias
El problema general de la cuenca es la deforestación provocada por los incendios, la tala indiscriminada y el sobre-pastoreo. La pérdida de la cubierta vegetal es la principal causa del deterioro ambiental. El agua de lluvia que no es interceptada por la cada vez mas escasa vegetación, impacta directamente sobre el suelo, e inmediatamente, debido a las altas pendientes, se encauza disminuyendo de esta manera las posibilidades de infiltración. Esto provoca un aumento de los torrentes y una disminución en la alimentación de las aguas subterráneas. Por esta razón, se nota una mayor escorrentía en las épocas estivales, y menor en las invernales. Esta progresiva desertificación de la cuenca provoca una notable asimetría en el comportamiento hídrico de la cuenca, que se hace cada vez más notable con el paso del tiempo.

Erosión hídrica
De no mediar un manejo integrado de la cuenca, la erosión hídrica irá en aumento y el material erosionado terminará indefectiblemente en el fondo del lago, acelerando el proceso de colmatación (1).Los ríos por su parte no podrán mantener su caudal de base durante la estación seca y como contrapartida aumentará el peligro de crecidas extraordinarias durante el período estival.En consecuencia, existe una previsible crisis en la regularidad del ciclo hidrológico en la cuenca, agravándose los efectos de las sequías invernales, provocando una disminución de la disponibilidad hídrica, en cantidad y calidad, y potenciando el efecto adverso provocado por la descarga de diferentes fuentes de contaminación: residuos aportados de las laderas incendiadas, líquidos cloacales (aportados por urbanizaciones no controladas como la de Villa Colanchanga), basura (proveniente de la actividad turística), etc.La combinación de los factores "irregularidad hídrica", "colmatación del dique" y "aporte de nutrientes", han provocado la eutroficación (2) progresiva del lago, que se evidencia a través de la floración de algas y anaerobiosis (3) en profundidad.

Impacto de los incendios
El impacto causado por el fuego en el medio ambiente genera, además de los deterioros en el medio biológico, cambios muy importantes en el medio físico y en la geografía del lugar.La combinación de factores adversos, como la falta de protección del suelo debido a la perdida de vegetación provocada por los incendios, las condiciones climáticas extremas, las fuertes pendientes, y la litología, producen un incremento en los procesos erosivos, que están evolucionando con gran rapidez.La erosión originada después de un incendio forestal, además de perjudicar al suelo y a las especies vegetales y animales que viven de él, acelera la colmatación del vaso del dique por ingreso de un mayor volumen de sedimentos.Los incendios forestales en las Sierras de Córdoba, y en particular en la Reserva Hídrica del Dique La Quebrada, son un grave problema debido a su periodicidad y a las vastas áreas que afectan.En el caso particular de la reserva, se verificó que en épocas de condiciones climáticas críticas (desde el mes de julio hasta el comienzo de las lluvias estivales), los incendios son iniciados casi exclusivamente por acción del hombre. Desde el camino ubicado al Norte de la cuenca, se propagan, favorecidos por los vientos predominantes del Norte, hacia el sector Sur, donde no existen vías de acceso para la entrada de personal de combate. Es así que las áreas afectadas abarcan una importante proporción de la Reserva, siendo el sector alto de la cuenca el más castigado.

Concientización
La conducción de la reserva en estos momentos esta a cargo del Estado provincial, que mediante la presencia de guardaparques se encarga de custodiarla y trazar acciones de control y manejo.Como medida de control es importante que se apliquen servicios de atención al visitante para concientizarlo e informarlo de los cuidados y características del territorio al que acceden.Cada año se instrumentan servicios de este tipo que dan muy buenos resultados.Desde hace varios años también se lleva a cabo un programa de concientización ambiental desarrollado en nuestra ciudad en escuelas, centros vecinales e instituciones intermedias. Gracias a esto, hoy, nuestra sociedad siente un profundo compromiso por la Reserva Natural La Quebrada.Los problemas más importantes tienen que ver con la excesiva basura, incendios y desechos cloacales que inciden directamente en el florecimiento y reproducción de las algas.En este contexto de realidad se propuso la urgente aplicación de un Plan Integral que establezca reglas claras sobre:
-El uso agrícola-ganadero de la región.
-El uso turístico de los ríos y lagos.
-El constante y desordenado avance de las construcciones en la zona de Colanchanga.
Si no logramos entre todos, actores sociales, Estado, cooperativas y vecinos, encontrar urgentes mecanismos de protección de la Reserva, asistiremos en un corto plazo a su desintegración, con consecuencias económicas y sociales de magnitud para toda la comunidad•

Ricardo Mirolo, entrevista exclusiva

”Además de ayudar a soportar la propia existencia, la pintura también permite entregarle belleza a los demás, comunicarnos con ellos y explicarles como uno disfruta y goza con lo que hace”.

Ayllu: Cómo nació tu vocación de pintor y cuándo te dedicaste de lleno a este arte?
Mirolo: Desde chico, desde que yo me acuerdo, siempre, dibujo, pintura todas esas cosas, sí y… después ya me largue en serio, mucho antes de venir a Unquillo. Hace más de veintidós años.
A: Cómo empezaste a pintar, qué empezaste a pintar, que tipo de pinturas te gustaba más, qué materiales?
M: Primero empecé por lápiz. Generalmente el lápiz es lo que te va llevando a esos misterios del arte. Empecé con sombreados, y buscándole las formas a las cosas y después los espacios. Las formas a veces son relativamente sencillas, el problema es pintar los espacios que hay entre una cosa y la otra. Por ejemplo, pintar los espacios que hay en un árbol, ese espacio es el que es complicado para pintar. Vos de pronto pintás un algarrobo y que el algarrobo sea algarrobo y que el tala sea un tala y no un árbol cualquiera. Cuando lográs eso, estás logrando un buen cuadro, porque estas metiendo al espectador en el cuadro. Eso me pasó con Velásquez, en el Museo del Prado, yo me sentí dentro del cuadro, eso me impactó mucho, ahí entendí los espacios de la pintura.
A: Empezaste solo o te mandaron a dibujo cuando eras chico?
M: Autodidacta, he estado mucho tiempo con Martín Santiago, un pintor que era discípulo de Fader. Martín me hizo entender como era la pintura argentina, cual era la pintura argentina, y he visto pintados algarrobos por Martín que no lo he visto pintado ni por Fader, increíble, con esos espacios que te hablaba recién, exquisiteces de Martín Santiago.
A: Que estilo de pintura hacés, realismo?
M: Sí, sí absolutamente.
A: Has incursionado en otras áreas?
M: Si, me he metido mucho en el surrealismo, donde juega el realismo con tu imaginación.
A: Qué fue lo que más te costó pintar, y qué es lo que te sale más naturalmente?
M: Lo que más me costó pintar, son los espacios, esos que te digo yo. Y lo que más naturalmente me sale son las naturalezas quietas, me gusta mucho, como me gustan esos espacios, me gusta ese misterio que tiene una naturaleza quieta, por ejemplo, vos tenés un vaso, algo con mucha luminosidad y tenés profundidad y eso me llama mucho la atención y me gusta hacerlo.Por otro lado, los rostros, son fantásticos para hacerlos porque si bien son difíciles de lograr, porque tenés que lograr la personalidad de quien estás retratando, cuando te salen bien un rostro, cuando te dan una mirada y vos decís que es la mirada de esa persona, es muy gratificante, eso es lo interesante. Esas son las cosas que me gustan pintar, son dificilísimas, los retratos son tremendos, pero es muy lindo cuando te metés en el cuadro y lo lográs.
A: Cuánto tiempo le dedicas a pintar, y qué tiempo promedio te lleva?
M: Todo lo que puedo, porque… están los amigos, los asados, claro…! tenés que dedicar el mayor tiempo al mundo, si no sabés ni para que vivís ni para que estás, entonces las relaciones que tenés contemporáneas, las tenés que aprovechar al máximo… después de eso todo lo demás es pintura.Me lleva pintar, promedio, una semana y media o dos, hay cuadros que los hago en días y otros en meses.Trabajo a la mañana hasta la una del medio día y después a la tarde, otro tanto. Es muy importante la luz.Tuve muchos tiempos de mucha pintura, empezaba un cuadro y a lo mejor estaba pintando toda la noche y al otro día seguía, dormía cuando tenía sueño, comía cuando tenía hambre, pero eso ya pasó.
A: Por ahí los dejas inconclusos y estas ansioso por terminarlos?
M: No, no, tiene su tiempo…A: No te han quitado el sueño?M: No, pero por ahí me despierto pensando en como resolver el problema que tengo ahí metido con formas, con colores, más que formas con colores. El color es el que te va dando la forma, esos espacios que hablaba recién, eso sí, muchas veces me quedo ido, estoy pensando en el tono que va en una nube…
A: Qué tamaño de cuadros hacés?
M: La mayoría son de 50 por 70 cm.
A: A qué edad fue la primera exposición y dónde?
M: En Salta...
A: Contános de tus últimos trabajos...
M: Estoy finalizando un cuadro con unos jugadores de polo para mandar a Holanda. Me llevó dos meses, es muy frívolo el tema, para mí.
A: Y porque se te ocurrió pintar algo frívolo?
M: Porque me lo pidieron allá, en mi estadía en Holanda. Es la primera vez que hago algo por pedido, pero lo hago porque los caballos de polo son siempre situaciones extremas del animal.Entonces pintando esos caballos en situaciones extremas de carrera y de frenadas, yo me traslado al cuadro que quiero pintar próximamente que es La batalla de la Tablada. Estoy buscándole la vuelta al caballo en situaciones extremas para llegar a eso. Te imaginás que ahí necesito un cuadro por lo menos de casi 3 x 2 mts. con una batalla, a lo mejor me lleva todo un año o un poco más…Hace un tiempo pinté un cuadro grande, la muerte de Facundo Quiroga, de 2 x 3 mts. aproximadamente y hay un problema cuando pintás en mucho tiempo, vas cambiando hasta los tonos, entonces tenés que tener cuidado con eso. Tenés que empezar poniendo en todo el cuadro un tono, que va hacer el tono final del cuadro, después vas haciendo los movimientos de los caballos, etc, pero el tono lo tenés que guardar hasta el final. Es complicado y es un trabajo para un año y medio.
A: La galería. Como surge, que te llevo a hacer una galería de arte en Unquillo y no en Córdoba, por ejemplo?
M: Si en Unquillo esta todo!!! El arte pasa por Unquillo!!! Era la idea de hace muchos años hacer una galería acá, y se dieron las circunstancias y pudimos poner la galería y bueno con éxito en el sentido de que… vos sabés lo que es haber tenido un Genaro Pérez?... pintores muy grandes, Malanca, Vidal, Pedone…Hay mucha gente que no conoce, no tienen la posibilidad y entonces estamos tratando de traerle a Unquillo todos esos artistas de hace mucho y pasar de los precursores de la época de 1800 hasta la fecha. Así van a pasar muchos artistas de Córdoba y de otras partes del mundo a medida que se pueda.Es un emprendimiento, que cuando dijimos que íbamos a poner la galería de arte todos nos miraron… nos creían locos, nos decían que íbamos a ir en pérdida… Pero bueno, esto es la vida, te pasa un poco de todo, y te va bien hoy y mañana no sabés, pero la satisfacción que te dá vale la pena. Y no se cuánto durará la galería, espero que dure mucho, de todas maneras, dure lo que dure, creo que estamos haciendo algo muy interesante, en traer toda esta gente. Son sacrificios muy grandes. Después empezaremos a traer pintores de otros lados. Lo que pasa es que traer un pintor de España, por ejemplo, los costos son tremendos, ya habrá otros momentos en que se puedan traer pintores de otros lados, como pintores latinoamericanos, eso ya es más factible. Yo he visto en Méjico, en Perú, en Bolivia creo que los mejores acuarelistas. Escultores, grabadores, hay gente muy capaz por todos lados, por suerte, entonces vamos a tratar de exponerlos acá…•

Estancia Jesuítica Santa Catalina

El sistema de estancias, verdaderos establecimientos agrícolas, nace a raíz de la necesidad económica de la Compañía de Jesús de contar con recursos para mantener sus empresas intelectuales. Así se originan las estancias, Santa Catalina en particular sostenía, con sus productos, al noviciado jesuítico.


Ubicación
La estancia se halla en un paraje rural a unos 20 kilómetros al noroeste de la ciudad de Jesús María, a 70 kilómetros de la ciudad de Córdoba por ruta nacional 9 hasta Jesús Maria y luego por ruta provincial E-66.También se accede por ruta E-53, que recorre el Valle de Sierras Chicas, hasta Ascochinga a unos 14 km de dicha localidad.Santa Catalina está enclavada en el corazón de una planicie suavemente ondulada rica en vegetación: árboles, ríos, y paisajes pintorescos. La naturaleza abraza al visitante y le ofrece una paz silenciosa para contemplar la belleza de la iglesia, la residencia y las demás construcciones. En el fondo, la visión lejana del cordón de las Sierras Chicas y su continuación hacia el norte, completa su magnífico paisaje.

Instalación y construcción
El 1º de agosto de 1622 la Compañía de Jesús se hace cargo de la Estancia y tierras de Santa Catalina. Esta tenía unas 60 leguas y llegaba hasta Ascochinga por el sur y lindaba con San Miguel, la estancia de Cárcano y por el norte con Jesús María. La construcción de esta estancia tardó aproximadamente cien años y es la más grande de todas.
La EstanciaLa Estancia fue el gran centro de producción pecuaria (con miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular), amén del obraje con sus telares y aparejos, la herrería, la carpintería, el batán, los dos molinos, el gran tajamar y su alimentación subterránea de agua que venia desde Ongamira, en las sierras a varios kilómetros de distancia. Tras la expulsión de la Compañía de Jesús, fue adquirida por don Francisco Antonio Díaz en subasta promovida por la junta de Temporalidades, permaneciendo en propiedad de la familia hasta nuestros días, en que continúa siendo utilizada como residencia de descanso y vacaciones. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941 y Partrimonio de la Humanidad en el año 2000. La Estancia de Santa Catalina comprende la iglesia monumental, la residencia con sus tres patios y locales anexos, las ruinas del noviciado, la ranchería (las habitaciones para esclavos), el tajamar, restos de acequias y molinos. Conservada casi en su totalidad, es la más amplia de todas las Estancias, estructurada alrededor de tres patios.

Su iglesia

Es uno de los mejores ejemplos del llamado "barroco colonial" en Argentina, con marcada influencia de la arquitectura barroca centroeuropea. La iglesia, de imponente fachada, posee dos torres y portal en curva. Su gran cúpula y el atrio elevado, denota una cierta influencia de la arquitectura barroca centroeuropea, tanto en el empleo de las pilastras y frontones curvos que enmarcan el portal de acceso como en las torres gemelas que flanquean la fachada. El interior, de armoniosas proporciones, tiene una sola nave que culmina en la cúpula sobre el crucero, destacándose el gran retablo del altar mayor, tallado en madera y dorado, con sus imágenes de bulto y el lienzo que representa a la santa patrona de la estancia. También se conservan en la iglesia las valiosas imágenes del Señor de la Humildad y la Paciencia y de un Cristo crucificado, imagen de vestir y talla en madera policromada respectivamente.Junto a la iglesia se halla el antiguo cementerio de los feligreses, al cual se accede por un magnífico portal barroco cóncavo, resaltado por el coronamiento curvo y enmarcado por pilastras y columnas.

La Ranchería

La ranchería esta rodeada por un muro de tres metros de altura y sesenta centímetros de ancho realizado en piedra, barro y ladrillo, con poca cal.Tenía cincuenta y cinco cuartos, que eran vivienda de los esclavos, algunos de ellos con pequeñas cocinas de piedra colocadas externa y lateralmente a la puerta de entrada. Existen también habitaciones para los telares en las cuales tejían medias, mantas y bayetillas (telas de lana flojas y poco tupidas). Aún se encuentran en buen estado algunos cuartos.

Actividades
Hoy Santa Catalina es una pieza esencial del nuevo camino turístico, dadas sus calidades arquitectónicas, su valor monumental y el mantenimiento del ambiente rural de su localización. Actualmente es propiedad privada. En ella residen sus dueños, quienes sin embargo, posibilitan el uso turístico como lugar de visita controlada•

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