.::Próxima Edición Nº 25 | ABRIL - MAYO 2011::.

Estancia Jesuítica Santa Catalina

El sistema de estancias, verdaderos establecimientos agrícolas, nace a raíz de la necesidad económica de la Compañía de Jesús de contar con recursos para mantener sus empresas intelectuales. Así se originan las estancias, Santa Catalina en particular sostenía, con sus productos, al noviciado jesuítico.


Ubicación
La estancia se halla en un paraje rural a unos 20 kilómetros al noroeste de la ciudad de Jesús María, a 70 kilómetros de la ciudad de Córdoba por ruta nacional 9 hasta Jesús Maria y luego por ruta provincial E-66.También se accede por ruta E-53, que recorre el Valle de Sierras Chicas, hasta Ascochinga a unos 14 km de dicha localidad.Santa Catalina está enclavada en el corazón de una planicie suavemente ondulada rica en vegetación: árboles, ríos, y paisajes pintorescos. La naturaleza abraza al visitante y le ofrece una paz silenciosa para contemplar la belleza de la iglesia, la residencia y las demás construcciones. En el fondo, la visión lejana del cordón de las Sierras Chicas y su continuación hacia el norte, completa su magnífico paisaje.

Instalación y construcción
El 1º de agosto de 1622 la Compañía de Jesús se hace cargo de la Estancia y tierras de Santa Catalina. Esta tenía unas 60 leguas y llegaba hasta Ascochinga por el sur y lindaba con San Miguel, la estancia de Cárcano y por el norte con Jesús María. La construcción de esta estancia tardó aproximadamente cien años y es la más grande de todas.
La EstanciaLa Estancia fue el gran centro de producción pecuaria (con miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular), amén del obraje con sus telares y aparejos, la herrería, la carpintería, el batán, los dos molinos, el gran tajamar y su alimentación subterránea de agua que venia desde Ongamira, en las sierras a varios kilómetros de distancia. Tras la expulsión de la Compañía de Jesús, fue adquirida por don Francisco Antonio Díaz en subasta promovida por la junta de Temporalidades, permaneciendo en propiedad de la familia hasta nuestros días, en que continúa siendo utilizada como residencia de descanso y vacaciones. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941 y Partrimonio de la Humanidad en el año 2000. La Estancia de Santa Catalina comprende la iglesia monumental, la residencia con sus tres patios y locales anexos, las ruinas del noviciado, la ranchería (las habitaciones para esclavos), el tajamar, restos de acequias y molinos. Conservada casi en su totalidad, es la más amplia de todas las Estancias, estructurada alrededor de tres patios.

Su iglesia

Es uno de los mejores ejemplos del llamado "barroco colonial" en Argentina, con marcada influencia de la arquitectura barroca centroeuropea. La iglesia, de imponente fachada, posee dos torres y portal en curva. Su gran cúpula y el atrio elevado, denota una cierta influencia de la arquitectura barroca centroeuropea, tanto en el empleo de las pilastras y frontones curvos que enmarcan el portal de acceso como en las torres gemelas que flanquean la fachada. El interior, de armoniosas proporciones, tiene una sola nave que culmina en la cúpula sobre el crucero, destacándose el gran retablo del altar mayor, tallado en madera y dorado, con sus imágenes de bulto y el lienzo que representa a la santa patrona de la estancia. También se conservan en la iglesia las valiosas imágenes del Señor de la Humildad y la Paciencia y de un Cristo crucificado, imagen de vestir y talla en madera policromada respectivamente.Junto a la iglesia se halla el antiguo cementerio de los feligreses, al cual se accede por un magnífico portal barroco cóncavo, resaltado por el coronamiento curvo y enmarcado por pilastras y columnas.

La Ranchería

La ranchería esta rodeada por un muro de tres metros de altura y sesenta centímetros de ancho realizado en piedra, barro y ladrillo, con poca cal.Tenía cincuenta y cinco cuartos, que eran vivienda de los esclavos, algunos de ellos con pequeñas cocinas de piedra colocadas externa y lateralmente a la puerta de entrada. Existen también habitaciones para los telares en las cuales tejían medias, mantas y bayetillas (telas de lana flojas y poco tupidas). Aún se encuentran en buen estado algunos cuartos.

Actividades
Hoy Santa Catalina es una pieza esencial del nuevo camino turístico, dadas sus calidades arquitectónicas, su valor monumental y el mantenimiento del ambiente rural de su localización. Actualmente es propiedad privada. En ella residen sus dueños, quienes sin embargo, posibilitan el uso turístico como lugar de visita controlada•

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