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Estancia Jesuítica Caroya

En la Provincia de Córdoba, a 48 Km. al norte de la ciudad capital y recostada en las primeras estribaciones de las Sierras Chicas, se encuentra la localidad de Caroya, donde se erigió una de las cinco estancias jesuíticas que jalonaron gran parte de la historia del norte provincial.
En 1574, Lorenzo Suárez de Figueroa otorgó las tierras de Caroya o "Caroyapa" a Bartolomé Jaimes, hasta que la Compañía de Jesús adquiere las tierras de manos del Pbro. Bandurreira, firmándose la escritura el 16 de febrero de 1616. Luego se pide al Gobernador varias fracciones de tierras vacías que había en los alrededores, éste las concede y se completan cinco leguas cuadradas, que se llenaron con haciendas. Luego se inicia la construcción de la Casa.
Fue la Estancia de Caroya el primer establecimiento rural que los Jesuitas instalaron en Córdoba, con el objetivo de comenzar a constituir un sistema productivo, que permitiera el sustento económico que la Compañía necesitaba, para llevar adelante toda su labor evangelizadora, educativa y cultural.
Fueron 6 las estancias que conformaron dicho sistema, Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, Candelaria y San Ignacio. Cada una de ellas se autoabastecía y debía ser sostén económico de algunas de la Instituciones perteneciente a La Compañía de Jesús.
En 1661 Caroya fue vendida a Ignacio Duarte y Quirós, quien años después ingresa a la orden Jesuita y sus bienes personales, incluida la Estancia de Caroya, pasan a ser propiedad del patrimonio de la Compañía de Jesús.
Duarte y Quirós es quien en 1687 funda el Real Colegio Convictorio Nuestra Señora de Monserrat y propone que la producción de la que había sido su estancia, se destine al sostén económico del Colegio y que en los meses de verano, sirviese como lugar de veraneo de los alumnos del Colegio.
Al ser expulsados los jesuitas, la estancia pasó a ser administrada por los franciscanos y tiempo más adelante por el Clero Secular. Es incorporada así, al sistema de Postas dispuestas a lo largo del Camino Real al Alto Perú y sus muros fueron testigos de la estadía de grandes personalidades de la historia Argentina.
En 1814 se hospedó allí el Gral. José de San Martín, y en ese mismo año se comenzó a instalar en ese predio la primera Fábrica de Armas Blancas del país, comenzando a funcionar en 1815. Allí se fabricaron bayonetas para el Ejército del Norte y se hizo la espada para el General Artigas, por encargo del Gobernador de Córdoba José Javier Díaz. En esta época, se construyó el primer piso del ala norte con camino de ronda y torre de observación. En 1816 se suspendieron los trabajos de la fábrica.
En 1821 el General Paz se encuentra con montoneros cordobeses en la estancia y a fines de 1840 tiene lugar en la misma una entrevista secreta entre los Grales. Lavalle y Lamadrid.
Estando en la Presidencia del País el General Urquiza, la Estancia de Caroya pasa a manos del Estado Nacional, a igual que la Universidad y el Colegio Monserrat.
En el año 1878, esta casa alberga a los primeros colonos provenientes del Friuli (región perteneciente al norte de Italia), quienes vienen a la Argentina respondiendo a la ley dictada en 1876 por el Presidente Nicolás Avellaneda, la cual propiciaba la creación de una colonia agrícola en las tierras de Caroya.
A comienzos de este siglo la casa es propiedad de particulares hasta que, por Decreto Nacional, de fecha 14 de mayo de 1941, fue declarada Monumento Histórico. Y por decreto de fecha 31 de Octubre se la declaró de utilidad pública y expropiada.
En 1965 la Contaduría General de la Provincia tomó posesión de la Casa y se la transfirió a la entonces Dirección General de Cultura de la Provincia. Ha sido restaurada por la Dirección de Historia, Letras y Ciencia, bajo la dirección del Arquitecto Gallardo.
En Noviembre del año 2000 fue declarada, por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.


Característica de la construcción
Toda la construcción se realizó con materiales locales (piedras de canterías, vigas de algarrobo y tejas musleras). La casa es de estilo colonial, con un gran patio central rodeado de arquerías. Hay además un “Patio de Honor” sobreelevado y enmarcado de un lado por la capilla y del otro por un cuerpo de dos pisos con terraza en la parte delantera y con rasgos post-coloniales.
Las cubiertas están sostenidas por cabriadas de par y nudillos.
Según el expediente que dio origen a la expropiación, se determinó que la superficie del predio es de 10 hectáreas, 3870 m2., teniendo como colindantes al noreste la Ruta E-66 y al noroeste, sudeste y sudoeste a propiedades de particulares.

Actividad en la Estancia
En la actualidad en la Antigua Estancia Jesuita de Caroya, es cede del Museo Histórico Provincial Casa Histórica de Caroya, en el cual se pueden realizar recorridos por las diferentes salas y tomar contacto con los hechos acontecidos en los distintos períodos históricos.

El recorrido se divide en tres sectores
Sector 1: Período Jesuita (1616 – 1767) pudiendo conocer en este sector como vivían, quienes trabajaban, como era el sistema que se implementaba, normas de convivencia, la producción de medicamentos entre otros. Además es posible acceder a la capilla de lineamientos sumamente austeros.
Sector 2: Primera mitad del Siglo XIX (1807 – 1853). Se exhiben armas que fueron fabricadas mientras funcionó la Fábrica de Armas Blancas y una serie de elementos e información correspondiente a ese período de la historia.
Sector 3: Período de Inmigración: (1878) Se puede observar en estas salas, indumentaria, herramientas, información y una serie de elementos más relacionados a lo que fue la inmigración Friulana en estas tierras y su legado.
En el exterior del Museo se puede recorrer lo que fuera la obra de energía hidráulica, conformada por el Tajamar, Molino, acequias y además: Perchel, Batán, secadero y lavadero de lanas y cueros, etc•

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